lunes, 29 de septiembre de 2014

A la jota jota



Artículo publicado en el periódico "Nueva España", el 25 de noviembre de 1955


HABLA HOY: Rosalía Morancho Canales


PREMIO EXTRAORDINARIO DE JOTA

Dos atmósferas. Cargada de emoción la de la sala del Olimpia, donde se apiñaban cerca de dos mil personas. De pasión la de los camerinos, en donde se estaba ventilando una batalla incruenta, desigual, poco caballeresca. Ha terminado el Concurso de Cante y Baile Regionales "Ferias de San Andrés". El jurado -preparación, el diapasón, cronómetro e imparcialidad- ha dado el fallo que es hecho público por los micrófonos.
La campeona Rosalía Morancho Canales, llora en un rincón. ¿De alegría? No, señores.
El periodista estaba allí para ver, oir y... escribir. Arrecia, descortés e impetuosa protesta la de algunos joteros que -según ellos- se han visto perjudicados por las decisiones inapelables del Tribunal. Dirigen ahora sus tiros a Rosalía, que pierde terreno en este "ring" de la discusión, encajando algunos golpes bajos, hasta que la Comisión de Fiestas, al frente su presidente y el propio Jurado, intervienen para aclarar aquél entuerto que de agradable nada tenía. Palabras de consuelo, de felicitación,   llueven entonces sobre la campeona a modo de desagravio.
- Hija, ¡ni que fuera esto un funeral y tú el muerto!
- ¿Qué quiere que haga? ¿que se metan conmigo? A mi me han dado el premio ¿voy a rechazarlo?
A "longe" seguimos oyendo iras como ésta: es una novata, no hay derecho, no sabe una palabra ¡Ni siquiera conoce los tonos de las jotas! Aquellas voces de censura me sirven como tema:
- Dinos, Rosalía. ¿De música?
- Cero.
- ¿Tonos?
- Un cero, también.
- Oye, oye. ¿Quieres explicarnos, pues, cómo has triunfado?
- Yo me enteré del Concurso y vine desde Campo.
- ¿Para vencer?
- No, no. Para concursar, simplemente.
- ¿Habías actuado en Huesca alguna otra vez?
- Sí, señor, en la fiesta de Banca.
- ¿Quién te enseña?
- Propiamente, nadie. Dos días he permanecido junto a Camila. Ella me ha orientado en lo de los tonos, en las coplas que debía cantar. Incluso me prestó el traje de baturra. Tenía mucho miedo y estaba muy nerviosa.
- ¿Y eso?
- Los concursantes eran muy buenos.
- Desde luego, pero tu has vencido.
Como Rosalía seguía con un hipo terco, cambiamos de tema durante unos segundos:
- ¿Naciste en Campo?
- Si, señor.
- ¿Qué años tienes?
- ¡Diez y nueve!
- Supongo que festejarás el triunfo...
- Hoy no me quedan muchas ganas. 
Vuelve a llorar. En este instante irrumpe en el camerino uno de aquellos joteros para llenar a todos de reproches. La campeona, amparada ya, cesa en el llanto y se dispone a respondernos.
- ¿Por qué subiste al anfiteatro  después de tu primera actuación?
- Allí tenía familiares.
- Al ser requerida para una nueva jota ¿cómo reaccionaste?
- Me eché a temblar. ¿No vio Vd. que salí al escenario llorando?
- ¡Vaya noche la tuya, Rosalía!
- Pero me sobrepuse
- ¡Desde luego! Lo vi desde la primera estrofa ¿Sabes cuántos segundos te aplaudió el públlico?
- No
- ¡Treinta y siete!
- ¿Puedo preguntarle una cosa?
- Las que quieras.
- ¿Cuánto aplaudieron a los que ahora protestan?
- Mujer...
- ¿No ha dicho que podía preguntarle lo que me apeteciera?
- Sí, sí 
- Contésteme, por favor.
- A uno le dieron nueve segundos, a otro siete y seis al tercero.
- Entonces ¿por qué no se enfrentan al público y me dejan en paz?
Se ha hecho la calma. Unos y otros se van alejando del camerino y los pasillos. Nos dicen que algunos joteros han rechazado los accésit. Consultamos al señor presidente de la Comisión.
- ¿Que hará Vd. con este dinero?
- Darlo a los pobres
Que cantarán ¡fuera de concurso!
Firmado: Jaime


(Fuente: Hemeroteca "Diario del Altoaragón")


1 comentario:

  1. Rosalia ha sido, es y será una campeona de jotas, canta como los angeles

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