lunes, 29 de junio de 2015

Nuestro artista fotógrafo



A la caza y captura de imágenes preciosas


Le hemos pedido a Alejandro Etxart alguna foto de actualidad de Campo,  y nos ha enviado este cielo gris que cubría el pueblo hace pocos días, justo antes de una fuerte tormenta. Nos ha gustado tanto que hemos ido a visitar su página, y allí hemos descubierto otras imágenes espectaculares, alguna de las cuales hemos pillado para todos vosotros.  


(Fotos gentileza de Alejandro Etxart)


jueves, 25 de junio de 2015

Las cerezas

Palabras al viento   

Goya. Niños trepando a un árbol 
     
En el huerto de casa había tres cerezos, dos de ellos daban una cerezas grandes y un poco anaranjadas que no eran muy dulces, pero el tercero tenía unos frutos pequeños, de un rojo intenso y muy sabrosos. Nos comíamos las cerezas anaranjadas porque no había otra cosa, pero las que estábamos esperando con ganas eran aquellas tan rojas...
Me contó Xavi de Begué una anécdota que espero que no le importará que de a conocer. Tampoco se si será muy exacta porque no tomé nota por escrito, pero en esencia es esto:
Me explicó Xavi, con su simpatía habitual, que no sólo nosotros esperábamos que maduraran aquellas cerezas, sino que sus amigos y él, también. Un año, cuando eran unos críos de pantalón corto, se dieron cuenta que ya había llegado la hora de la degustación y que tenían que hacer una excursión al huerto. Fueron en cuanto pudieron al huerto y se subieron al cerezo él y sus dos compañeros, para saborear los deseados frutos, pero, cuando más entregados estaban en la tarea, arrancando con impaciencia cerezas y hojas para comer más rápido, alguien dijo ¡el señor Daniel! ¡el señor Daniel!
Rápidamente evaluaron la situación de peligro en la que se encontraban y, comprendieron que se podía armar un follón si saltaban del árbol en aquél momento y eran descubiertos, así es que sin intercambiar palabra alguna, se pegaron a la rama que les aguantaba y  procuraron camuflarse entre las hojas lo mejor que pudieron.
Llegó mi padre paseando tranquilamente y se paró debajo del árbol. Entonces, sacó su paquete de tabaco, tomó un cigarrillo, lo encendió con calma y echó el humo por la boca mientras elevaba la vista hacia arriba y se paralizaba el corazón de los intrusos. Al poco, le oyeron hablar y decía:
"Ya han venido otra vez a robarme las cerezas. Se nota que no soy suyas, porque hay que ver cómo tratan al pobre árbol, que le rompen las ramas y le arrancan las hojas. ¿Qué culpa tiene el árbol de dar buenas cerezas? ¿Quién puede ser tan desastrado para tratarlo tan mal? deben ser críos, que no saben lo que hacen, porque alguien con un poco de seso no hace esta barbaridad. ¡Cómo sepa yo quienes son, van a acabar mal! Igual los llevo a la Guardia Civil, para que los escarmienten y los dejan una noche durmiendo en la cárcel. Aunque, también me sabe mal, porque tienen que ser hijos de algún conocido y como sus padres supieran lo que han hecho les darían una buena...".

Y así mi padre fue haciendo sus reflexiones en voz alta, mientras Xavi y sus amigos las absorbían palabra a palabra. Cuando se marchó de allí, caminando tranquilamente, ellos saltaron del árbol todo lo rápido que pudieron y salieron corriendo "a todo meter" y nunca más volvieron por allí, porque les hicieron más efecto  aquellos razonamientos que cualquier bronca que hubieran podido recibir.
¡No sabía yo que el señor Daniel fuera tan buen actor! Gracias, Xavi.


sábado, 20 de junio de 2015

la Justicia dictamina


y así se zanja la cuestión.


Os ofrecemos el final de la historia del crimen de Castillazuelo, para reparar en este blog lo más pronto posible el buen nombre del acusado (¿inocente o culpable?), que mencionábamos en el último comentario. Este artículo que transcribimos a continuación, se publicó en "El Diario de Huesca" el 16 de Septiembre de 1916:

AUDIENCIA PROVINCIAL.  Uso de nombre supuesto.
Ayer se celebró la vista de la causa instruida en el Juzgado de Benabarre contra Manuel Naval Espier, por usar nombre supuesto.
Este procesado, que ayer compareció ante el Tribunal y, seguramente no por última vez, es el famoso detenido en Jánovas, a quien se le supone autor del crimen cometido en Castillazuelo hace veintinueve años y del que tanto se ocupó la Prensa recientemente con motivo de aquella detención. En la causa que ayer se vio, el fiscal le acusaba de emplear un nombre distinto del suyo verdadero, para rehuir su responsabilidad en el asesinato que se le atribuye.
He aquí la relación que de los hechos hace el ministerio fiscal:
El procesado cuyo verdadero nombre es Manuel Naval Espier, desde mediados de 1915 decía llamarse Manuel Méndez Otín unas veces, y otras Mariano Naval Otín, ocultando su verdadero y legítimo nombre, persistiendo en ocultar éste, usando el de Manuel Méndez Otín desde que fue detenido y procesado por esta causa, siendo su designio al realizar tales actos el de ocultar un delito de asesinato por él perpetrado en el pueblo de Castillazuelo y en la persona de Francisco Martinez Perallón, el 4 de Octubre de 1887.
Calificó estos hechos el fiscal señor Fernández   de delito de uso público de nombre supuesto, acusando como autor del mismo al procesado Manel Naval, para quien solicitó la pena de cuatro meses y veinte días de arresto mayor,  accesorias y mil pesetas de multa.
El procesado confió su defensa al letrado don Manuel Batalla. Este sostenía que su patrocinado nació en Abiego, de cuyo pueblo salió en edad de muy temprana y anduvo errante por España, Francia y Repúblicas sudamericanas, de las que regresó a España en 1915, tal vez ignorando o confundiendo su apellido, pero que en manera alguna podía ser Manuel Naval Espier, que falleció en América el 10 de Junio de 1888, según acredita la partida de defunción que obra en la causa correspondiente y que motivó auto de la Audiencia, declarando extinguidas todas las responsabilidades en lo que a Naval se refiere.
La defensa pidió la absolución del procesado, por entender no encuentra el delito que la acusación le imputa.
Informaron las partes, sosteniendo sus respectivas conclusiones y se dio por terminada la vista. El juicio quedó pendiente de sentencia, que dictará en su día el Trigunal.

SENTENCIA. Publicada en "El Diario del Alto Aragón" de 19 de Septiembre de 1916.
Ayer se dictó sentencia en la causa seguida por uso de nombre supuesto, contra Mariano Naval Otín o Manuel Méndez Otín, del que se decía era aquel Mariano Naval Espier, autor del horrible crimen cometido hace veintinueve años en Castillazuelo y que volvió a ser actualidad en la Prensa cuando el año pasado fue detenido en Jánovas el famoso Manuel Méndez Otín.
El Tribunal le absolvió del delito de uso de nombre supuesto de que se le acusaba, declarando de oficio las costas procesales.

(Fuente: Hemeroteca "Diario del Altoaragón")

martes, 16 de junio de 2015

Ni Campo ni Londres


 El crimen de Castillazuelo 

"El Diario de Huesca", 22 de marzo de 1916


Consultando la información que ofrecían algunas publicaciones hace ya bastantes años, y que ahora están a nuestra disposición en las hemerotecas digitales, descubrimos un sinfín de noticias que nos llaman la atención. Normalmente procuramos atenernos sólo a las que conciernen a Campo o pueblos vecinos, pero en esta ocasión no nos resistimos a transcribir un suceso que parece una novela, al fin y al cabo, el mundo en el que vivieron nuestros antepasados no  era únicamente el que encontraban en su pueblo, sino en el que estaban inmersos, mucho más extenso, poblado y misterioso.
"El Juzgado de Barbastro ha reclamado a esta Audiencia el rollo de la causa que se formó en 1887 con motivo del crimen de Castillazuelo, como antecedente necesario para las diligencias sumariales que se halla instruyendo con el Manuel Méndez, detenido en Jánovas y que según todos los indicios es el Manuel Naval autor de aquél asesinato.
Según nuestras referencias, el joven y competentísimo juez de instrucción de Barbastro procede con la mayor actividad en este asunto, en el que encontrará ocasión de lucir sus aptitudes porque es muy complejo, hay bastantes cabos que atar y dificultades que resolver.
Entre éstas figura la actitud del procesado que no conoce a nadie, no recuerda nada, lo ignora todo; pero no es de extrañar se haga ahora el tonto quien supo hacerse el muerto, porque es de saber que Marino Naval oficialmente está muerto desde el mes de Diciembre de 198o
Historia retrospectiva Después del crímen
Manuel Naval Espier, propietario de Castillazuelo, mató alevosamente el año 1887 a Francisco Martinez Perallón, vecino del mismo pueblo, que pretendía casarse con una hijastra de aquél. El móvil del crimen fue esa oposición al matrimonio, motivado por cuestión de intereses.
Para realizarlo hizo entrar al Martinez (que trabajaba en su misma casa) en una cuba, diciéndole la limpiara y, cuando estaba en esta operación, por la boca de la cuba le disparó uno o varios tiros, matándole en el acto. A fin de borrar las huellas del crimen, llamó a su criado Nicolás Subías Morillo y le obligó a sacar con él el cadáver de la cuba, después lo despedazaron, lo colocaron en un tonel y el Naval cargó en su carro paja; encima puso el tonel que contenía el cadáver y de madrugada partió para Barbastro, que dista unos seis kilómetros; llegó a Barbastro y bebió unas copas en una tienda de la plaza de Guisar, diciendo al empleado de Consumos que  allí había, que el contenido del tonel era vino, que llevaba para las Torres de Cofita; el empleado para comprobarlo le acompañó hasta la salida de Barbastro por el Amparo. Al llegar al río Cinca, por la desembocadura del Vero (unos cuatro kilómetros de Barbastro) arrojó al Cinca el tonel, que por la fuerza de la corriente se rompió, apareciendo a los pocos días trozos del cadáver en Ariéstolas, Castejón del Puente y otros pueblos ribereños. La cabeza del muerto o interfecto no se encontró, por lo cual no pudo ser completamente identificado.
Después del crímen 
Seguido proceso contral Naval y su criado Subías, se condenó a este último en 10 de Abril de 1888 a ocho años de presidio mayor, ... y parte proporcional de las costas.
El asesino Naval fue declarado rebelde por eludir la acción de la justicia, pues se fugó de la cárcel de Barbastro y cuando se dictó sentencia en la causa él se encontraba ya en la Argentina.
El Juzgado, a las resultas de la causa, trabó embargo de bienes de Manuel Naval y a fin de levantar ese embargo y que libres de cargas pudiera disponer de los bienes su familia, Naval se hizo el muerto.
La defunción apareció probada, y en 29 de Diciembre de 1   se dictó auto declarando extinguida la responsabilidad penal de Manuel Naval Espier por haber fallecido y, en su consecuencia, se sobreseyó la causa respecto de dicho procesado y se declaró su parte de costas de oficio.
Según la certificación del óbito, Naval falleció en la Argentina el 30 de Julio de 18.
el principio del fin 
Así las cosas, llegó a Barbastro hace unos meses en Mayo último, un individuo que venía de Chile y que visitó el Santuario de Nuestra Señora del Pueyo.
Este sujeto hízose sospechoso, dijo llamarse Manuel Méndez Otin, y mientras unas veces decía que era natural de Abiego, otras manifestó que era hijo de Daroca.
Estas contradicciones, sus circunstancias personales (alto, robusto, mirada torva y cabeza torcida) y la edad que representaba, aproximadamente setenta años, hizo pensar si el chileno Méndez Otín sería el autor del crimen de Castillazuelo, que tan grande alarma produjo en toda la comarca.
Comunicadas sus sospechas a la Guardia Civil, ésta indagó, y después de dos meses de pesquisas y comprobaciones, la Benemérita de Boltaña detuvo al falso Méndez en Jánovas y le condujo a Barbastro, donde parece ser ha sido identificado.
En Castillazuelo tiene parientes el Naval y también hay aún familia del interfecto.
En Castillazuelo y toda aquella comarca el Naval tenía fama de brujo y así, no es de extrañar que sospecharan de brujería su huida de la cárcel de Barbastro.


fin por hoy (continuará otro día)


martes, 9 de junio de 2015

El Turbón



¿Quieres saber lo que hay por allí arriba?


Jose Murciano con sus compañeros subieron al Turbón  el pasado día 30 de mayo y vieron esto:



Fotos gentileza de Jose Murciano y Ramón

martes, 2 de junio de 2015

Aprendiendo a interpretar lo no escrito


Ssssssssilencios elocuentes  


No es la primera vez que, leyendo una noticia en el periódico, nos llama la atención más que lo que se dice, precisamente lo que se echa a faltar en la información, y es que, sin saber muy bien qué hay de raro en lo que leemos, algo nos alerta de que eso que nos están contando o no es verdad o está incompleto. Esto es lo que nos ocurrió en este caso que vamos a tratar.


En el diario Nueva España del 8 de noviembre de 1944, encontramos la esquela de Victorina Saso Palacio, maestra de Egea, que según se dice, "falleció de accidente en la villa de Campo el día 5 del corriente".   
Egea (Huesca)
¿Accidente? ¿Qué accidente? Normalmente en la sección de sucesos se contaba con todo lujo de detalles si una persona había sufrido un percance de coche, de bicicleta o una coz de un caballo, pero en este caso no se explicaba nada, porque no apareció ninguna noticia que informara sobre ello. El hecho de que la víctima fuera una maestra que acababa de dar su clase, o que la iba a dar, pues estaba haciendo el trayecto Egea-Campo,  normalmente hubiera convertido el acontecimiento en algo muy noticiable, pero el que no se hablara absolutamente nada de ese asunto, tenía que responder a un motivo importante.
Tanto los vecinos de Campo y los alrededores, así como los familiares de Victorina, supieron desde el primer momento que ella había muerto ametrallada. Parece ser  que los autores de esos tiros fueron un grupo de militares destacados en la zona para combatir a los maquis. Concretamente, cuando se produjo este hecho que estamos refiriendo, estaban en Aguascaldas. Contaron que le dieron el alto y ella no se enteró, así es que sospechando que estaba ocultando algo, le dispararon. Desde luego, las personas que conocen el terreno creen que es imposible oir nada en el punto donde  falleció la maestra, si se dirigieron a ella desde donde estaban parapetados los militares, por mucho que gritaran.
Otras versiones apuntan a que los militares le dieron el alto y ella se puso a correr, así es que también se convirtió en sospechosa y la solución pasaba por lo mismo: dispararle.
También hay quien dice saber que aquellos soldados no estaban por la labor (vigilar la zona) cuando vieron a Victorina por aquél camino, sino más bien todo lo contrario, pues estaban muy alegres, por no decir otra cosa. Pero bueno, para no acusar sin pruebas, limitémonos al hecho conocido, aunque se intentó silenciar: una maestra murió por unos disparos de metralla. Seguramente ella, como nosotros, tampoco supo quién se los dio.   


(Fuente: Hemeroteca "Diario del Alto Aragón" y vecinos y familiares)